Entrena tus competencias. Invierte en ti. Construye tu personalidad.
Actuar con serenidad es la clave para el alto rendimiento profesional, el éxito personal.
Hoy vamos a hablar de una de las cualidades más importantes para lograr el máximo rendimiento profesional y personal, la capacidad de activar la serenidad visceral en todo momento. Esta cualidad se puede entrenar y es una de las capacidades vitales más valoradas por nuestros alumnos.
La importancia de entrenarte para Ser ha sido infravalorada en nuestra sociedad. Piénsalo, desde pequeños nos entrenan para trabajar con un alto nivel de estrés, pues ello es sinónimo de alto rendimiento y es necesario para sacar el tema adelante. Pero el estrés continuado pasa factura, hace que saturemos, que quedemos hartos e incluso que enfermemos. Todo ello finalmente reduce enormemente nuestra capacidad de rendimiento y disfrute vital. Es más, como el cuerpo aprende, después de situaciones continuadas de alta tensión, cada vez disparamos más rápido altos niveles de adrenalina que nos bloquean inmediatamente impidiéndonos rendir y disfrutar. Tenemos múltiples ejemplos, bloqueos que impiden pensar con claridad en un examen final, en una oposición, o en una presentación de negocios. Tensión en músculos, tendones y ligamentos que producen una lesión a un deportista de élite justo cuando más necesita su mejor actuación. Personas que comentan, “Me dio un ataque da ansiedad y no se por qué». Cansancio generalizado, apatía, colon irritable y múltiples patologías psicosomáticas son derivadas de la falta de capacidad de actuar con disfrute y serenidad en el día a día.
Te estarás preguntado, ¿Y por qué perdemos la serenidad? Pues porque a base de afrontar continuamente retos con estrés vamos inhibiendo nuestra capacidad de relajarnos. La intención positiva del cerebro visceral es afrontar los retos con éxito y tomar el mando si es necesario para nuestra supervivencia. El asunto es que en una vida tan sofisticada como la actual se puede interpretar como supervivencia, aprobar un examen, estar en guardia para que no se produzca un accidente cuando conducimos, hacer una venta o simplemente dar la talla para nuestra pareja, nuestros padres o nuestros hijos. En resumen el miedo a no lograr se generaliza y ¡Zas! ataque de estrés o incluso de ansiedad.