Esta esencia maestra de la naturaleza nos va ayudar a sellar las heridas energéticas y a devolver la armonía de movimiento a todos nuestros tejidos.

Uno de los mecanismos de supervivencia de nuestro cerebro es la parálisis de movimiento, este mecanismo primario se dispara desde el abdomen atenuando el movimiento o paralizando algunos tejidos como respuesta al schock que se está viviendo.

Nuestro cerebro responde de manera primaria luchando para salirse con la suya, huyendo, pero cuando no puede hacer otra cosa entra en parálisis para defenderse de una posible agresión mayor. En definitiva en vez de adaptarnos al entorno, dejando los temas claros, nos inhibimos hasta quedarnos “pasmaos”.